Los solistas
Que triste que parece el destino de los solistas. Un verdadero garrón. De los solistas que alguna vez tuvieron una banda, digo, una banda que la gente conoció. El periodista siempre estará guardando su “última pregunta” para hablar sobre “la banda”, no vaya a ser que el solista se enoje y lo deje clavado en la mitad de la nota. No importa si el músico en cuestión hizo una carrera (career, career, career!) bien densa y con algunos discos increíbles. No. Tarde o temprano, ante la primera recaída, le van a estar recordando a aquel grupazo o grupito de culto que alguna vez tuvo en los 60, los 70, los 80 o los 90 incluso. Porque nadie se salva de esto. Y a los solistas más nuevitos les toca la peor parte.
Estoy convencida de que muchas bandas no se separan y resisten durante años únicamente por el “pánico al solista” del cantante o el guitarrista. No es cosa de juzgar, realmente. Salvo raras excepciones, todos saben más o menos lo que les espera: mucha prensa y expectativa con el álbum debut, algún seguimiento mediático y de fans para el segundo disco, y para el tercero o el cuarto…olvidate. Van a ir a parar a la montonera de comentarios de discos (de tres o cuatro estrellas, con suerte) perdidos entre las reediciones de alguna banda que se separó (a tiempo), el DVD de alguna otra banda que se reunió (a destiempo), y demás está decir que quedará aplastado por la gran nota de la banda que todavía no tuvo el coraje de separarse.
Los fans, que en realidad eran fans de la banda… bueno…tarde o temprano se cansan, o se van corriendo al debut solista de algún otro ídolo que se escapó de otra banda. Y los periodistas… bueno…tarde o temprano tienen que callarse. Hace unas semanas un periodista me contaba que estaba feliz de que un comentarista en un blog se hubiese acordado del primer disco solista de Bob Mould. Bueno, más vale que conserves esa “felicidad”, porque muy poca gente se acuerda de ese disco. Yo ya ni lo recordaba, y eso que en los 90 lo escuché y me había encantado.
Así nos vamos olvidando de los solistas, mientras seguimos embelesados con lo increíbles que fueron sus bandas, devotos del pasado hasta los más snobs y futuristas, mirando desfilar los discos de la “solo career” como si fueran esquirlas de una explosión ajena.
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Claro que estos asuntos se ven y se sienten desde hace muchos años, pero creo que no es casual que se me hayan amontonado en la garganta cuando escuché, sin ninguna fe (y la música es una cuestión de fe), el último disco de Stephen Malkmus. Es el tercero…solista…y ojalá que no sea casual, tampoco, que se llame “Face The Truth”. Seguramente es el mejor solista de Malkmus, y también uno de los mejores discos del año, pero ya fue, a quién le importa. Las críticas son entusiastas, pero qué son un puñado de críticas entusiastas entre tantas críticas entusiastas. Nada.
El disco se editó en la Argentina y puede ser que Malkmus vuelva para presentarlo. Eso no está mal, salvo porque empeora las cosas. No creo que Malkmus sepa ni le interese que se ha creado ese concepto de que venir a tocar a este país es de viejos chotos que están de vuelta o de solistas en decadencia. El entra en los solistas en decadencia, obviamente, pero conste que recién va por el tercer disco.
La mayoría de las críticas dicen que “Face The Truth” recuerda en algo a “Wowee Zowee”. Eso tampoco está nada mal, salvo porque empeora las cosas. No quisiera empezar a escuchar que Malkmus se copia a sí mismo, no por él, sino porque yo estoy soberanamente hinchada las pelotas de que se critique a un solista porque sus discos remiten a la banda que tenía, o que se cuestione cuál es la razón de empezar una carrera solista para terminar haciendo lo mismo que la banda que todos extrañan. ¿Tan difícil es entender que ese tipo que ahora figura con su nombre propio es el mismo que cantaba y componía en el formato de una banda? ¿Tan difícil es entender que, en definitiva, siempre alguien es solista cuando se sienta con una guitarra o un piano a componer, cuando le llega una melodía, cuando mastica las letras sobre los temas que lo torturaron y siempre lo van a torturar? ¿Tan difícil es entender que así y todo los músicos cambian, muchas veces cambian, solamente que nosotros no nos tomamos las molestias ni el tiempo de detenernos en las sutilezas de los cambios?
Tal vez, si algunos temas nuevos de Malkmus como “It Kills”, “Freeze The Saints” o
“Loud Cloud Crowd” fueran a parar diez años atrás entre “We Dance” y “Father To A Sister Of Thought” no se notaría la diferencia. Pero Malkmus hace que la diferencia se note, y eso es bárbaro. De cualquier manera esas son las sutilezas… A grandes rasgos podría decir que Malkmus es un idiota por no haber compuesto “Pencil Rot”, “No More Shoes”, “Post-Paint Boy” o “Malediction” en los 90, cuando seguro estas canciones iban a ser escuchadas bajo una luz más brillante y con más atención (por no decir sólo “escuchadas”).
No quiero nombrar a todos los solistas que padecen estas mismas “reglas”, porque la lista es interminable. Pero sí nombré algunos temas de “Face The Truth” porque quisiera recordarlos por sus nombres, sus arreglos retorcidos, sus melodías, sus pequeños gritos y su aspereza disfrazada de indolencia pura. También me gustaría recordar todo lo que hay de definitivo en el disco, como la letra de “Freeze The Saints”. Malkmus vuelve ahí a un tema que lo obsesiona, pero esta vez de una manera tan clara y precisa que termina haciendo una suerte de alegato sobre la condición existencial del “solista” mismo.
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No me puedo olvidar (con una extraña bronca, tengo que admitirlo) de cómo te reíste cuando te dije que el disco de Malkmus estaba muy bueno. Y no tendría problemas en decirlo mil veces más, bien en voz alta, solamente para escuchar las risotadas tuyas, que en el fondo (y en la superficie) son carcajadas burlonas. Ni siquiera me importa si el chiste soy yo, o si yo estoy o no ahí para reírme. Me alcanza con reírme con tu risa en el walkman. Debe ser la risa más contagiosa del mundo.
De golpe dijiste un nombre de mujer que me puso triste, y ya no pude volver a hablar como antes. Esa palabra me trajo recuerdos de las personas que amamos, que amamos tanto, pero que ya no están en los lugares donde solían estar, donde se reían con nosotros y nos esperaban. Están alrededor, pero no están más con nosotros. Esas personas son como las ex bandas de los solistas, pensé, un tumulto de olas felices que arrastran todo al pasado, sin ningún reparo por lo que queda en el presente o el futuro. Allá en el pasado parecen brillar los mejores días, como las épocas de gloria de la banda, pero en realidad los días son los mismos, y llevan el mismo sonido, la misma pasión y alguna que otra melodía, así como en algunos discos de los solistas.
Sé perfectamente que no te interesa escuchar el nuevo CD de Malkmus, y si lo hacés no creo que llegues al tema 4. También sé que “Face The Truth” no va a entrar en aquella caja de recuerdos felices donde el ex periodista de rock más famoso guardaba sus discos de Pavement. Pero tal vez, a lo mejor, si lo doblamos bien, pueda entrar un pedacito de papel con la letra de “Freeze The Saints”. Y si no entendés alguna palabra, ya lo hablamos, ya sabés que no importa.
We meet again, riding our divisible bodies
Feel no shame, luck is love is on
If you read the pain
Well, you are, yes you are so much like me
Seasons change, nothing lasts for long
Except the earth and the mountains
So learn to sing along in languish here
Help me languish here
Help me languish here
It was long ago
That all of your willing dimensions
Lost the flow
And vanished in veneer
But I want to know if you are
Yes you are so much like me
Steery strings
Zodiac ballet; everybody play
There's no more counting days
You languish here
Help me languish here
Help me languish here
They said done is good
But done well is so much fucking better
Share the wealth
And cauterize the tears
If you want to know
Well, you are, yes you are so much like me
Freeze the saints
Such a subtle read
Exquisite pedigree
Just let yourself be and languish here
Help me languish here
Help me languish here